Tanta variedad de goteros, ¿será por algo no?
Un poco de cole...
Tipos de goteros.
Según el tipo de emisión nos podemos encontrar:
-Turbulentos. El caudal varía en relación a la presión del gotero.
-Autocompensantes. El caudal se mantiene uniforme mientras la presión se mantenga dentro de un rango determinado. Mientras se encuentra fuera de ese rango, el caudal emitido no es uniforme.
-Antidrenantes. Además de la función autocompensante, se caracterizan por requerir una presión de inicio de riego. Por debajo de esa presión, el gotero permanece cerrado.
-Antidrenantes de alta presión. Realmente es una versión de un gotero antidrenante, pero que requiere una presión de apertura mayor.
Caudal de emisión.
Es el caudal nominal que emite un gotero sea del tipo que sea.
En el mercado existe una gran variedad, pero tomaremos como buenos los que van desde 0.5 l/h hasta 25 l/h.
En los goteros turbulentos el caudal nominal viene dado a una presión determinada, habitualmente 1.0 BAR, excepto en la cinta de riego T-Tape, cuya presión es de 0,55 BAR.
En el resto de goteros, este viene dado en el rango que indica el fabricante, de manera habitual entre 0,5 y 4,0 BAR.
Según su instalación.
-Integrados. La manguera o cinta de riego dispone de emisores que previamente han sido instalados en fábrica.
-No integrados. Se venden separados y debemos instalarnos por nuestros medios en la manguera de riego.
Es primordial la correcta elección del gotero para maximizar tus recursos.
En un sistema de riego entran en juego diferentes conceptos que tarde o temprano repercuten en nuestra economía, cultivo y en el Medio Ambiente.
Existe una gran variedad de tipos de suelo.
Pero como no queremos liarnos mucho, nos vamos a centrar en los dos extremos:
-Arenoso. Cuando un terreno drena el agua muy rápidamente.
-Arcilloso. Cuando un terreno retiene demasiado el agua en la capa superficial.
Pero vamos al grano, que esta entrada iba de elegir gotero respecto al suelo.
En esta ocasión tenemos que hacer lo contrario a lo que nos dicen nuestros ojos:
-Terreno arenoso. Seguro que estás pensando en goteros de mucho caudal para que inunden el suelo y puedas ver el agua en la superficie.
-Terreno arcilloso. En este caso pensarás que con regar un poco, como enseguida ves el agua en la superficie, ya has terminado.
¡Error! Justo al revés.
Cuando tenemos un suelo arenoso, el agua desciende de manera brusca y evita las raíces que es donde se necesitan el agua y los nutrientes. De manera habitual este flujo además no permanece disponible para la planta ya que desaparece por las escorrentías.
Por ello, mi consejo es la utilización de una gran cantidad de goteros de poco caudal. Además nuestra forma de regar debe adaptarse a riegos más frecuentes y más cortos. De este modo mantendremos la humedad más tiempo en el lugar que nos interesa: disponible para nuestras plantas.
Sin embargo, con un suelo arcilloso ocurre lo contrario. Basándonos en que el objetivo es que la planta tenga la mayor disponibilidad posible de agua y nutrientes, si nuestro riego no es lo suficientemente prolongado, este se quedará en la parte superficial del suelo y parte del mismo se perderá por evaporación.
Lo ideal en estos casos es utilizar goteros de un caudal mayor, sin importar tanto la densidad de goteros, con riegos más largos y más espaciados en el tiempo.
¡No nos volvamos locos!
Tu experiencia es la que realmente sirve.
No digo que lo que hayas hecho hasta hoy no vaya bien, simplemente que seguramente quepa un margen de mejora.
¿Quieres ahorrar y además mejorar tu cultivo?
No dudes en consultar y te aconsejaré como si fuera para mi finca.
Estoy disponible de lunes a lunes. Tu plantas no descansan y yo tampoco.